Cuatro vecinos del sector de Santiago Centro se sentaron a conversar sobre los problemas que acaecen en su comuna. No fue necesario que nosotros lideráramos la conversación, porque todos los participantes tenían ansiedad de expresar su visión sobre el estado de su barrio.
Lo primero que tratamos, fue la seguridad. La delincuencia desfiguró la rutina diaria que tenían. Partió Miguel con su historia. Contó que lo que más le afectaba en su día a día, fue la delincuencia. De noche, debe salir armado con lo que tuviese a mano, porque no podía más del miedo a salir de su casa cuando desde el ocaso en adelante. Indicaba que intentaron ser proactivos como comunidad en temas de delincuencia, especialmente desde un homicidio que hubo en el Parque Almagro. Los vecinos intentaron ponerse de acuerdo con la municipalidad para mejorar la iluminación del sector, pero no recibieron ninguna respuesta por parte de la alcaldesa.
Gabriel agrega al testimonio de Miguel que ahora, hay demasiadas fiestas y eventos masivos autorizados por la autoridad, los cuales si bien tiempo atrás reportaban un beneficio a la comuna, ahora no traen ganancias de ningún tipo y solo aumentan la delincuencia del sector, principalmente en el Club Hípico.
Un vecino con más tiempo en la comuna, Jean Paul, también hablaba de cómo había visto el deterioro de la comuna. Llegó a los 25 años, y ahora teniendo 40, dice que su barrio ha ido cayendo en la decadencia, principalmente por la delincuencia.
Ahora, ¿cuál es la causa en la que coinciden todos los presentes? Casi al unísono dicen que es la inmigración descontrolada.
En el Barrio República, por ejemplo, la embajada de Haití está atiborrada, lo que los vecinos relacionan con el aumento de la delincuencia. Siguiendo esta misma línea, Miguel y Felipe señalan que en el comercio hay informalidad absoluta, y que nadie que lo frene, llegando incluso a extremos en que hay -según denuncian- prostitución infantil y que la municipalidad no hace nada.
Relacionado con la inmigración descontrolada, un segundo punto fue dado por Gabriel, quien se cuestiona si Chile estaba listo para recibir la gran masa de inmigrantes, quienes frente la necesidad imperiosa por conseguir dinero, se imponen sobre el respeto a la ley y se genera la delincuencia y el comercio ilegal que también terminaba en venta de drogas, entre otros.
La segunda gran temática fue la violencia en los liceos emblemáticos. Por un lado, sienten que la solución es clara, por otro, saben que no hay nada que hacer. Saben perfectamente que hay profesores que -dicho por los mismos vecinos- instigan a estudiantes, y que avalan todos los actos de violencia del alumnado.
El problema se agrava cuando en los mismos centros de apoderados, por ejemplo, hay un miembro del FPMR que sin ser apoderado de ningún alumno, está igualmente ahí con fines puramente políticos, y nadie lo puede echar por temor a las represalias.
Para terminar, conversamos sobre soluciones concretas. Todos partieron señalando que la alcaldesa no estaba haciendo nada y que no tiene las aptitudes para hacer una buena gestión. Además, señalaron que falta más control preventivo; cámaras, vigilancia, lo que fuere con tal de bajar los niveles de delincuencia. Nuevamente, y vale la pena repetirlo, sienten que la solución es clara, pero saben que ya no hay mucho más por hacer.